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Todo sucedió en una calle de la India. El fakir introdujo una larga cuerda en su cesta, los viandantes empezaron a agolparse, sabían que algo excepcional estaba a punto de suceder y ellos iban a ser testigos. El hechicero hizo un gesto cabalístico y un extremo de la cuerda empezó a levantarse, al principio lentamente, pero trascurridos unos segundos la velocidad fue en aumento hasta que la soga quedo rígida y vertical al suelo, parecía un altísimo poste.

El milagro continuaba, ahora un niño subía por la cuerda y al llegar al final desaparecía. Entonces el fakir cogía un cuchillo entre sus dientes y seguía el camino del joven. Tras unos segundos de máxima tensión empezaban a caer del cielo miembros ensangrentados del muchacho: un brazo, una pierna, una mano, la cabeza…

El hechicero reaparecía bajando por la cuerda, recogía todos los pedazos, los metía en la cesta y, milagrosamente, el niño salía intacto. La soga se desplomaba. Fin.
Desde finales del siglo XIX y hasta mediados del XX muchos viajeros y exploradores aseguraron haber presenciado una escena similar a esta, cambiaban el lugar, el vestido del fakir o la medida de la cuerda, pero esencialmente el relato es el mismo.

Ningún mago ha podido realizar esta experiencia completa ante su público, aunque algunos han conseguido repetir la primera parte.

¿Por qué ningún ilusionista ha podido hacer este efecto tal y como lo describen los testigos? Porque es mentira, este juego no existe y nadie ha podido verlo.

Un relato similar el anterior apareció por primera vez el 8 de agosta de 1890, en el Chicago Tribune. Su autor fue John Elbert Wilke, que posteriormente llegó a ser el director del Servicio Secreto de Estados Unidos. Los lectores del periódico creyeron la historia tan ciegamente que Wilke se vio obligado a retractarse, decir que sólo era una ficción y que simplemente pretendía entretener. Pero ya era tarde, el rumor se extendía sin control, muchas personas aseguraban en primera persona haber sido testigos de una experiencia similar durante sus viajes por la India… después se enteraron los hindús.