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Vi esta película cuando tenía quince años y me encantó.

Se titula “The shadow” y es la historia de un justiciero con poderes psíquicos. Valiéndose de ellos es capaz de nublar la mente de sus enemigos para que no puedan verle o, al contrario, para que vean cosas que no están ocurriendo. Por el día oculta su verdadera identidad simulando ser un excéntrico ricachón llamado Lamont Cranston.

La película está basada es una serie de novelitas de los años 30 escritas por un tal Maxwell Grant. Recuerdo que al finalizar los títulos de crédito pensé en lo mucho que su protagonista me recordaba a un mago, no sabía exactamente en qué  pero no podía quitarme esa idea de la cabeza.

Años más tarde, con el surgimiento de Internet -si alguien no sabe lo que es eso puede mirarlo en Wikipedia- supe que Maxwell Grant era sólo un seudónimo y mi sorpresa fue mayúscula cuando descubrí que el verdadero nombre del autor en cuestión era Walter Gibson.

Walter Gibson es uno de los grandes escritores de la historia, en lo referente a temas de ilusionismo. A pesar de morir en 1985, pocos han superado su extensa producción “magicoliteraria”.  Firmó clásicos tan importantes como “Houdini´s escapes” o “Houdini´s magic”, ambos sobre las técnicas de Houdini. También escribió sobre (y para) leyendas como Dunninger, Thurston, Blackstone y otros magos más actuales como Mark Wilson. Además, fue él quien introdujo en Estados Unidos el hoy más que manido juego de los aros chinos … y también escribía novelas de superhéroes.

Se rumorea que Tarantino prepara un remake.