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Voy a explicarte un efecto de telequinesis pensado para realizar en condiciones informales. He de admitir que nunca lo he hecho en público, me ha faltado valor. Si eres de esas personas a las que le gusta el riesgo quizá quieras intentarlo… aunque puede que pierdas algúna amistad.

Efecto

Paseas por la orilla de un río (o cerca de un barranco) con tus amigos y explicas que, gracias al poder de tu mente, eres capaz de hacer que los cuerpos inertes alteren sus comportamientos ante ciertos estímulos.

Pide prestado un anillo a uno de tus oyentes ocasionales y lo atas en el extremo de un hilo recién arrancado de un carrete que tú mismo llevas. Después estiras el brazo y colocas el conjunto justo encima del cauce del río (o del barranco). Saca un mechero y, sin más dilación, prende el fino hilo. Normalmente debería romperse, el anillo tendría que caer el agua y perderse para siempre. Sin embargo no ocurre eso, gracias a tu concentración, el fuego pierde su capacidad destructora y es incapaz de romper el cordoncito.

Tras unos segundos de terror por parte del dueño de la joya, retiras el conjunto de su delicada posición y todo vuelve a la normalidad…. en caso de que haya salido bien.

Realización

Todo se basa en un curioso efecto físico que aparece descrito en Trucos y entretenimientos de salón de C. Lang Neil. Sumerge un pedazo de hilo en una solución concentrada de agua con sal y déjalo secar. Después de repetir esta acción unas cuantas veces más se formará una capa protectora que te permitirá atar un anillo en un extremo y prender fuego al hilo sin que llegue a romperse.

Lo bueno de este juego es que si funciona será muy divertido, si falla lo será aún más. Ya me contarás si lo intentas… y no me odias.